martes, 7 de octubre de 2008

La leche derramada

Y ahí estaba, uno más dentro de los 1612 potenciales comensales de ese par de pasteles si tuviésemos la oportunidad real de degustarlos.
Por cosas del destino fui a parar en una página que ofrece videos en directo de porno aficionado.

El asunto es más o menos así. Cualquier persona se para o se acuesta frente a la cámara de su pc y hace lo que quiera. Al otro lado de la web hay público garantizado. Un contador indica a todo el que se exhibe o hace las veces de voyeur el número de videntes que tiene la porno star en acción.
Me atrevo a pensar que en cuestión de un par de años el llamado sex amateur de la web acabará con el porno profesional.

La oferta es legal. Nada de menores explotados, ni videos violentos. La gente de bien tras los 15 minutos de fama.
Parejas en plena acción y solitarios. Chicas bellas, gordas, flacas, y veteranas. Hombres y mujeres haciendo sus pinitos estelares de la web caliente se palpan con sutil provocación para aumentar la cifra que registra el contador de visitantes. También hay muchos caballeros homosexuales y heterosexuales jugando con su espada para el deleite de los aficionados y aficionadas de esas maniobras solitarias.

Pronto llegó a la mente la preocupación. ¿Qué pasaría si esta web llegara a manos de menores de edad? Entre mayores que cada quien haga de su culo un templo o un burdel, pero los críos... Es preocupante porque la página no requiere membresía ni solicita datos para certificar una mayoría de edad. ¿Cómo hacer para que mis cinco hijos (fruto de mis tres matrimonios) no puedan acceder hasta que sean mayorcitos?

La respuesta la busqué por un par de segundos hasta que la chica se quitó los sostenes. Redondos, turgentes. En primer plano un par de bellos pezones circundados por una magnificas aureolas se adueñaban de las pupilas de 1680 televidentes. La web es poderosa. El contador no se detenía. 1690, 1700, seguramente esta mujer que se desnudaba desde Tel Aviv será una firme candidata a ganarse el premio de 1000 US que ofrece la página a la porno estrella de la semana que más tiempo cautive al mayor número de voyeristas.

Caramba, con tal ofrecimiento hasta llegué a pensar en competirle a la legión de pajantes que de todas partes del planeta se fustigaban la manguera por amor a la bolsa. Y es que no caería nada mal esos mil verdes en estos momentos, pues con la recesión las cosas se están poniendo serias. Así que decidí entrenarme un poco aprovechando las contorciones de espalda de la mujer de Tel Aviv.

Mientras me pulía el sable se me vino a la mente otra pregunta filosófica. ¿Cuantos niños en África se mueren de hambre mientras yo y los miles de aficionados se inquietan la polla con la perrita judía en sus pupilas enrojecidas?

Ni modo. Esto de darle al masaje de Onán un sentido crítico no tiene razón de ser. Apaga la ilusión y la erección. Con esto de la web y los niños lo mejor será dedicarles más tiempo, más deporte, más lectura, más caminatas par ver los atardeceres de California y menos web. Tendré que hablar seriamente con mis tres ex esposas. Se gastan toda una vida chateando con sus amigas y novios cibernéticos.

Me hubieran sentado bien esos mil dólares. Hubiera buscado ayuda profesional. Como lo hizo David Duchovny. Superar su adicción. Cosas que pasan en L.A.

Necesito una mano que terminé lo que no pude acabar.

Busco el porvenir en mi bola de cristal.

Veo en mi futuro cercano un mañana de putas.