viernes, 28 de noviembre de 2008

David y Goliat

La colección de cristos colombianos tiene una nueva adquisición. De origen humilde, flaco, alto, de pelo largo, y un gran don para hacer milagros. David, el muchacho, el genio, el empresario, el mágico, el avión, el semidios entró al salón de la fama criminal de la república bananera con un golpe maestro al hígado del sistema financiero y un bofetón al presidente más querido por los colombianos de lo que va del siglo XXI.


De todo se ha dicho. Bueno casi de todo. Algo que faltaba era reconocer lo bien que hemos quedado a nivel internacional. Las grandes civilizaciones de la humanidad han dejado su huella. Griegos, romanos, chinos, mayas, incas, egipcios, etc… Todos ellos levantaron testimonios que se pueden ver desde la luna. Grandes obras, grandes pueblos.


Colombia, una gran nación, también ha dejado su aporte. En pleno siglo XXI los colombianos han construido un monumento que se puede ver desde el infinito y más allá.


David llevó a su máxima expresión un invento que había hecho las delicias en varias partes del globo en distintas décadas. Visionario cerebro capaz de levantar otra pirámide digna de las míticas Keops, Kefren y Micerino.


¡David, amigo, el pueblo está contigo!


Para la muestra un botón. Pitalito, Huila. Un caliente pueblo de gente linda y de bien, como lo son la mayoría de poblaciones en el país del sagrado corazón de Jesús. Hasta allí llegaron los apóstoles de David a predicar su palabra y hacer los milagros que su maestro a bien les había enseñado. El lugar era tranquilo y todos estaban enseñados a trabajar de lunes a viernes y a descansar los fines de semana. David, el telé gurú, ofició sus prodigios para garantizar a todos no tener que trabajar más y enseñarles a los pobres el milagro del pan y los pesos. El pueblo opita pronto vio la maravillas de disfrutar de los denarios rápidos, fáciles y numerosos. Con las bolsas llenas, y el corazón jubiloso, muchos dejaron sus labores y los fines de semana se extendieron hasta reducir los días laborales hasta cambiar las oficinas y puestos de trabajo por gratos días de ocio en el billar y en casa de las magdalenas.


¡David, maestro, danos más de esto!


El hermano abrazó al hermano. La madre amó más a sus hijos. El sol brillaba más que nunca. Y las esposas fecundas vieron tiempos propicios para ser fértiles una vez más y dejaron que sus maridos sembraran sus promisorias semillas.


Pero toda esta maravilla de no tener que trabajar más y vivir deseando a la vecina pronto encontraría su final. A lo lejos, entre el polvo del desierto, Goliat apretaba su puño gigante, un monstruo de 7 cabezas y 7 brazos. Las trompetas sagradas rompieron los cielos y su furia tomó carrera. León enfurecido. Toro bramante.


Con enjundia el judío avaro vio su banca quebrarse y encabronao soltó la cadena de Goliat, el cobrador gigante y malparido. El toro ladraba y batía el rabo mientras ganaba velocidad. Animal extraño de fina estirpe paisa. Hijo de puta parcero. Finquero. Capataz. Palurdo. Pirobo jefe de gobierno. Cafre jefe de estado.


Y Pitalito fue sacudido por la bestia. Ya no se pudo la vecina operarse las tetas. Ya no hubo denarios para comprar la Murano, ya no, ya no serás mía vecina rica, calentana y puta. Ya no serás mía.


Cómo me fueron a crucificar a mi cristo David. Flaco. Enjuto. Traicionado por todos los que lo montaron en la punta. En el punto de llegada de todas las líneas de tu geométrica promesa. Lo vendió el abogado. Lo vendió el amigo senador romano. El policía, el perro, el gato, la cucaracha. Todo el zoológico del gabinete filisteo le montó en el calvario.


¿Cesó la horrible noche? Que va. Me tiro un pedo y me fumo un porro. David, mi cristo. Como nos jodiste. Ya no podremos pasar toda la semana bajando fría tras fría en el billar. Ya no podré jubilar a la Magdalena. La pobre tendrá que seguir fingiendo amor con el diablito que arde entre la entre pierna.


David, multiplicaste los pesos y los panes. Nos diste la ilusión de ser también ricos. Y como ricos lloramos, porque los ricos también lloran. Verónica Castro nos lo enseñó pero lo olvidamos por ver de nuevo a Betty la Fea. Es mejor ser rico que pobre nos dijo Pambelé el Bautista. Pero miren como terminó. Basuquero y noqueado por un taxista. Mordiendo el polvo. Por bruto. Por ignorante. Por iluso.


Todos los días hay un idiota en la calle. Y tú saliste a buscarlo. Pero no hallaste uno. Fueron millones. Porque millones son los hijos del sagrado corazón. Furibundos. Heridos como loba sin Rómulo y su Remo. Sin Roma que fundar porque perdieron todo. Dolidos porque la malicia indígena no sirvió esta vez. La fecha de vencimiento estaba borrada. El condón estaba roto.


Y ahora las filas llorando en el Nemesio Camacho. Filas infinitas que veo por la tele. ¡Y donde están que no se ven!

¡Y donde están que no se ven!

¡Y donde están que no se ven las tetas de Vicky Dávila dándonos leche dulce de consuelo fresco.

¡Y donde están que no se ven a los seguidores del Davidcito mi cristo dando la cara frente a la cámara, les da pena que no los vean ni si quiera leyendo mientras les llega la hora de entregar la tarjetita del micro chip sin denarios. Un pueblo ignorante es un instrumento de su propia destrucción dijo el Bolívar mesías en lo alto de la montaña. Ya hoy aquí lo vemos en directo. Quemando con candela fresca todo lo que se les cruce. Saqueando todo lo que se pueda. Justo lo que la patria necesitaba.



Noviembre, el mes maldito para este pueblo. Todos caminando como ovejitas al matadero. Como feligreses suicidas en el hervor del culto loco y sin freno de Jonestown.


Y aquí les dejo una canción para que no se maten en estas navidades querido hermanos. Para que el hermano no se levante contra el hermano. Para que los Caines no se vuelvan canes y muerdan al hijo, a la madre, al padre, al primo que si vio al cristo mestizo multiplicar sus pesos y le encimó un plasma. Al familiar que si comerá vecina mientras repasa los dvds piratas de lo mejor de caracol T.V “El cartel”. Con el Robert de Niro criollo Robison Díaz y el emulo nacional de Javier Bardem.


Y pidan a la sagrada estrella que el capataz paisa por el que tantos lo defendieron ( casi hasta darnos en la jeta a todos los que osamos criticarlo) les devuelva la fe, porque la plata ya se perdió hermanitos. Recen para que el niño dios les traiga malicia española, porque la indígena se refundió en la minga cuando llegó a Bogotá. Clamen a los cielos bienchores de rocío para que el próximo año les repitan otra vez a “Betty la Fea” y que el “Cartel Reload” sea más sangriento que el de este año. Oren para que sus hijos se salven porque el día del juicio los cogieron 7 jinetes del Apocalipsis con un libro en la mano y que no sea ni de Paulo Cohelo o de superación. Pidamos hermanos para que ellos el futuro si salten a tiempo contra los bancos y su 4x1000 sempiterno y no a última hora cuando empeñamos hasta el colchón del fornicio.


Recen este correo tres veces tres y multiplíquenlo por la hora de su nacimiento en el año del calendario chino antes de enviarlo a todos sus familiares y amigos.


Y no se le ocurra romper esta cadena bendita y pesada porque con ella nos ataremos al cuello y repasaremos el mórbido fondo del río Bogotá.


Amén.


* El bonus track