Charles Bronson lloraría si viera esta nueva versión criolla y canichera de su clásica, derechoza, y sangrienta saga conocida en nuestras pantallas como "El vengandor anónimo". Bronson pasó a la historia por ser uno de los actores que se consagró en el sub género de la venganza callejera encarnando con frialdad el papel del antihéroe.
En ese bonito clip vemos a un grupo de fans emular a Bronson en una cacería de supuestas ratas. La acción de la policía es digna del tan añejo como desabrido y no menos miserable programa de televisión colombiana "Sábados Felices".
Se sugiere ver con detenimiento el accionar de esos seres sedientos de sangre antes de atrapar a su presa. Hay un nerviosismo por darle su merecido pero no se atreven hacerlo del todo bien. Es un remedo de linchamiento. Bronson, maestro de la venganza callejera, cumplía con su cometido con deleite sangriento. Este remedo de bestias apenas atinan a darle una que otra bofetada, o para no ensuciarse le dan piñazos con un casco de motociclista.
Eso es lo que pasa por no ver buen cine. Mistyc River es un buen ejemplo de lo que es la vengaza con o sin justicia. Pero qué se puede esperar de estas bellezas que reproducen en los LCD de sus taxis los videos del charrito negro y Geovani Ayalax.
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