viernes, 13 de noviembre de 2009

Ave de mal agûero

Incluso hasta el otro lado del océano llega el hedor hepático. El olor se filtra por las corrientes frias del Tamesis. Es tan fuerte que no se puede uno bajar una Guinnes sin que el maldito aroma apeste. En el lugar más privado de un "pub" hay una decoración de buen gusto que supera con creces la rancia imitación que tienen las salas privadas del club "Metropolitan" de Bogotá.

Mientras baja la cerveza y queda el sabor a madera incrustado en el paladar no deja el cerebro de pensar en la corta vista de nuestra clase dirigente. Lo que en un lugar es algo normal y bien dispuesto en otro es el punto más alto.

-Algo huele mal en Cundinamarca. ¿O desde siempre?
-No. Solo desde el Frente nacional.
- El frente que...
- Nada. Solo pensaba.